martes, 15 de septiembre de 2009

Salud y Nutrición en comunidades Indígenas

Salud y Nutrición en comunidades Indígenas: Una Experiencia desde la práctica en comunidades indígenas de sierra y selva

Esta exposición estará basada en la experiencia de varios años de trabajo en sociedades culturalmente diferentes, ello nos permitirá reflexionar juntos y tener en cuenta en el quehacer diario desde el lugar donde nos encontremos, en este sentido partiré de una figuración importante que escuché en las reuniones de Interculturalidad que organizó la Universidad Católica donde un representante de Guatemala dijo: “las comunidades indígenas son como el arco iris tienen siete colores, el Estado y los que prestan servicios de salud solo ven un color”, interpretado como las interrelaciones que se dan entre las comunidades indígenas y los externos.

Al abordar el tema de nutrición, inmediatamente vienen a nuestra memoria las palabras, alimentos, nutrientes, desnutrición. Si buscamos información e investigaciones en nutrición casi siempre están relacionadas a mejorar la ingestión de nutrientes, desde nuestra perspectiva, la antropometría es una herramienta para la evaluación de condiciones de salud y nutrición de la población humana, con parámetros ajenos a la realidad de las comunidades indígenas abordados principalmente con teorías de la medicina occidental.

La condición nutricional se considera como primer derecho dentro de la calidad de vida y ha dado lugar a numerosos estudios, tanto en el medio urbano como en el rural. Sin embargo son pocos los que decidieron un marco amplio, enfocando la nutrición como parte integrante del sistema de producción, los aspectos socio-económicos y culturales en la situación nutricional, de un grupo o clase social, hombres y mujeres, mujeres embarazadas o en lactancia, los niños, los agricultores y trabajadores o toda la comunidad en sí.

En este contexto la exposición abordará tres temas importantes:

La alimentación en las comunidades indígenas
La prestación de servicios de alimentación
La interculturalidad como clave en el trabajo con poblaciones indígenas.

1. La alimentación en las comunidades indígenas

El tema estará situado en experiencias de la sierra: Quechua (Cusco, Apurímac, Puno), y de la selva: Asháninka (selva central del Perú) y Yanomami (frontera Brasil y Venezuela). Los Yanomami de los que me ocuparé, son los que tienen el menor contacto con el mundo exterior.

Los alimentos como bien sabemos cumplen una función social importante dentro de las comunidades, dentro de esta función se han registrado diferentes conceptos:

§ La función gastronómica, el hombre come por placer.
§ Son medios de identidad cultural de un grupo o una nación
§ A menudo son parte de cultos mágicos y religiosos.
§ Son medios de comunicación a través de la hospitalidad.
§ Son expresión de riqueza económica y posición social y un medio para ejercer la influencia y el poder.

Por la educación, los medios de comunicación, los contactos vía la comercialización de sus productos entran influencias de la sociedad global peruana, que a su vez esta influenciada por el sistema mundial. Pero la población indígena guarda mucho de su propia identidad, es la resistencia del pueblo indígena que puede ser creativa y libertadora.

El patrón de asentamiento disperso, es el perfecto equilibrio con el medio ambiente, la armonía es muy importante dentro de estas poblaciones, la armonía entre el hombre y su ambiente, entre el hombre y los dioses o espíritus. Una relación rota puede provocar una enfermedad y en el diagnóstico consideran el cuerpo y alma. Las plantas y alimentos juegan un papel importante dentro de la cultura, tanto en ritos y fiestas como en la salud, parece que no son reemplazables así nomás por cualquier otro alimento.

En este sentido los hábitos alimentarios están influenciados por un gran número de variables ambientales, entre ellos

§ La tenencia de la tierra
§ Los patrones culturales
§ Los sistemas de producción de los alimentos
§ El poder adquisitivo y la compra-venta en el mercado
§ La vivienda y utensilios utilizados.

El establecimiento de estas variables nos permite relacionar la forma como influyen las variables socio-económicas y culturales en la situación nutricional de estas comunidades. Las características también dependen de los pisos ecológicos en el que las comunidades se encuentran -en las zonas más altas o en la orilla de los ríos-.

Sus formas de comercialización generalmente están basadas en el trueque, alimentos con alimentos u otros productos: tabaco, coca. Algunos investigadores confluyen que la alimentación de los nativos de la selva son más variados y nutritivos, que los de la sierra, que se dedican al monocultivo tradicional, sin embargo en la época de estiaje la baja de peso puede corresponder a límites de desnutrición.

Para la producción de alimentos se siguen diferentes etapas desde la preparación del terreno hasta la cosecha, -los asháninka practican una agricultura de roza y quema-dedicándose a una economía de autoconsumo. Sin embargo la economía de subsistencia esta amenazada por el contacto con los no indígenas que los explotan y aumentan su dependencia a la economía de mercado, -bajo esta presión, los asháninka están introduciendo en su zona cultivos de café, cacao, arroz y sobre todo la coca en el río Ene-.

2. La prestación de servicios en educación alimentaria

La distancia cultural entre los que prestan servicios y la población indígena da como resultado datos que no siempre reflejan la realidad indígena. Hay que aceptar que una ciencia (nacida en una cultura) no necesaria o automáticamente tiene que ser universal.

La convivencia en estas comunidades, no es fácil debido principalmente a la brecha cultural: lengua, costumbres, estilos de vida y lejanía de la familia, recordando que la confianza solo emerge a través del contacto continuo, reconociendo su identidad cultural y aceptando sus diferencias y no acercándose solo en temas puntuales.
Aquí algunas experiencias que viven a diario los trabajadores que prestan servicios de salud, muestran la actitud superior que asumen los prestadores en relación a las primeras palabras aprendidas, las poblaciones indígenas aprenden palabras en español como Amigo, hermano, cuñado, buenos días, hola para establecer relaciones de amistad, en cambio los prestadores de servicios de salud : Establecen relaciones en sentido de “dar órdenes” usando el propio lenguaje de los pueblos indígenas: sucio, mentiroso, ocioso, entre otras, o aquellas palabras que dan comodidad al prestador de salud: trae agua, barre el puesto de salud, entre otras.

La interculturalidad como clave en el trabajo con poblaciones indígenas.

Las relaciones con los demás miembros de la sociedad nacional se dan en situación muy desventajosa, en la que la marginación, racismo y exclusión forman parte cotidiana de su vida, muchas veces no entendida por pertenecer a otra cultura. La población indígena a excepción en este caso de los Yanomami, están conscientes de la necesidad de insertarse en el país con ciudadanía plena, -mediante el dominio del castellano- y su también natural llamado a no perder su identidad, expresada a través de su lengua nativa, un aspecto importante es también su necesidad y deseo de formar a sus hijos como individuos capaces de adaptarse, dominar y vivir en el espacio que ocupan, lo cual implica transmitirles una serie de modos, usos, costumbres y creencias que reproducen y afianzan su propia identidad cultural desde aquí debe nacer el debate y discusión sobre la demanda de servicios de salud y nutrición por parte de la población asháninka.

Desde la perspectiva de las diferentes instituciones del Estado, privadas e Iglesia la actuación es paternalista y/o asistencialista, en un contacto de cultura dominante sobre una subordinada, observándose ausencia de términos equitativos y de igualdad. En este contexto la relación no genera, ni construye un respeto mutuo, que oriente al desarrollo pleno de las capacidades de los asháninka dentro de sus diferencias culturales y sociales.

La ausencia de conocimientos practicas y saberes de la población indígena de parte de los proveedores de salud genera insensibilidad cultural, insatisfacción por el trabajo, intentos fallidos por hacer algo y una clara falta de direccionalidad de los que dirigen el sector. Muchas veces a los superiores se les pasa por la cabeza si el trabajo transcurre bien, dándose por entendido como una manera de justificar la indiferencia.

Los indicadores de salud están diseñados de manera cuantitativa donde el uso del tiempo es mayor a la atención de los "papeleos" donde la información cobra mayor importancia frente a la atención al usuario, ante la indiferencia de los superiores tanto inmediatos como distantes. Un aspecto que forma parte del problema sanitario es también la perdida de sus costumbres y hábitos alimentarios, particularmente en las mujeres gestantes y niños menores de 5 años, donde la desnutrición y mortalidad alcanza niveles altos dentro del país.

Como concepto y práctica, la interculturalidad significa "entre culturas", pero no simplemente un contacto entre culturas, sino un intercambio que se establece en términos equitativos y en condiciones de igualdad. Además de ser una meta para alcanzar la interculturalidad debería ser entendida como un proceso permanente de relación, comunicación y aprendizaje entre personas grupos, conocimientos, valores y tradiciones distintas, orientada a generar construir y propiciar un respeto mutuo, y a un desarrollo pleno de capacidades de los individuos a pesar de sus diferencias culturales y sociales. En si la interculturalidad intenta romper con la historia hegemónica de una cultura dominante y otras subordinadas, y, de esta manera reforzar las identidades tradicionalmente excluidas para construir en la vida cotidiana, una convivencia de respeto y de legitimidad entre todos los grupos de la sociedad.
La importancia de la interculturalidad esta basada en la reconstrucción de un equilibrio de la unidad y la diversidad. Es decir, recapturar, apreciar y respetar las diferencias culturales en toda su multiplicidad incluyendo los conocimientos, saberes y prácticas ancestrales y actuales, propios y ajenos muchas veces ocultos en la sociedad peruana, reconocer así mismo las condiciones y prácticas que contribuyen a la desigualdad, la discriminación, el racismo la agresión y violencia simbólica hacia el "otro" aceptar los rasgos compartidos y comunes y llegar a comprender.

¿Cómo solucionar? Creo que tenemos que buscar formas propias de la población indígena. Para lograr esto hay que tener una relación estrecha e íntima con ellos, ellos indicaran que es importante y que no, no tenemos que valernos de reglas provenientes de teorías, tenemos que “vaciar” nuestra cabeza de ellas (olvidar las reglas) y empezar de nuevo. No hacer que ellos participen como objetos sino como sujetos de su propio desarrollo, no hay reglas no hay experiencias, tenemos que buscarlas, lo cual es un desafío interesante.

En cuanto a los programas de alimentos buscar en ellos una oportunidad, generando motivaciones y deseos de salir adelante, informando que el conocimiento es una vía para no perder la identidad cultural. Tratándolos como a personas no como mendigos, en una relación horizontal, donde no hayan subordinados –este punto es importante ya que los pobladores de la selva no conocen de verticalismo sino de horizontalidad, aún así nuestra formación como prestadores de servicio esta dado en forma vertical -señor, señora, doctor-es decir mejorando los conocimientos frente a la cultura de los prestadores de servicios, solo asi se podrá decir que la condición nutricional es el primer derecho dentro de la calidad de vida. Muchos profesionales solicitan la intervención de un especialistas, como idea diría que no existe para cada problema un especialista que pueda resolverlo, además el mundo indígena aún es desconocido y no hay quien pueda dar pautas sobre como trabajar dentro de él.

Para finalizar nuevamente volveremos al inicio: entonces ¿Cuántos colores del arco iris debemos ver los prestadores de servicios de salud?