En la sociedad asháninka los contactos con la sociedad no asháninka están dados por las relaciones que mantienen los hombres, debido a que estos se movilizan más que las mujeres. Los hombres son los cazadores, comerciantes, viajeros - ya que con ellos viajan los objetos y noticias- lo que les diferencia como la parte externa de la familia. Los hombres así constituyen la red móvil a través de la cual la cultura vive y circula, con una ventaja, ellos hablan mejor el español.
Las mujeres constituyen la parte mas interna y estable de la sociedad, a diferencia de los hombres ellas tienen movilización restringida. Son las encargadas de los cultivos y en ellas se fundamenta la economía familiar y de la sociedad. Ellas son las catalizadoras y depositarias de la cultura, cumpliendo el rol de transmisión de la cultura a los niños y niñas que van de generación en generación.
“La oposición complementaria entre la movilidad masculina y la estabilidad femenina parecería constituir parte esencial del modelo de esta sociedad”. (“La sal de los cerros”, Stefano Varese, Pág. 81-82)
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